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El abogado debe adaptarse a la transformación digital que ha irrumpido en todas las actividades profesionales y empresariales. Las nuevas tecnologías son disruptivas, por lo que conviene que el abogado las conozca y domine para enfrentar la “Revolución Industrial 4.0”. Herramientas de nuevo cuño, como la inteligencia artificial, el machine learning, el blockchain, internet de las cosas, están transformado la actividad a pasos agigantados. Y en torno a todo ello aparecen nuevos riesgos, que deben ser gestionados mediante la ciberseguridad, que no solo debe proteger los datos de los clientes, si no la propia supervivencia de la empresa.