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La reforma de la Ley Concursal, de inminente aprobación, modificará gran parte de las reglas del juego en materia de reestructuraciones y concurso en España. El reformado marco normativo llega plagado de novedades que deben verse como una oportunidad para dotar de herramientas a deudores y acreedores, no solo para eliminar las ineficiencias que en ocasiones se producen en estos procesos, sino también para adelantarse a las futuras y prevenirlas.

La anticipación y la celeridad en los procesos concursales deberá garantizar la viabilidad del tejido empresarial, reestructurando aquellas empresas viables operativamente, generar un marco de seguridad en el cual sea posible invertir con alto potencial de rentabilidad y lograr, con ello, la finalidad buscada por la Directiva que se transpone; oportunidades todas ellas que ninguno de los operadores del sector deben desaprovechar.