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El algoritmo es un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema. Un conjunto, pues, de instrucciones definidas, acotadas y lógicas que sirve para procesar datos, realizar cómputos o llevar a cabo tareas o actividades. Su uso por las administraciones públicas es cada vez más creciente a la hora de la toma de decisiones y la generación de actos administrativos en un marco como las decisiones administrativas automatizadas o la inteligencia artificial. En esos casos puede haber un uso inadecuado del desarrollo de los algoritmos que produzcan un sesgo cuando el sistema de aprendizaje automático refleja los valores de las personas que lo desarrollaron o entrenaron. Entre ellos los sesgos o discriminaciones por razón de género. La Jornada tiene por objeto reflexionar sobre estos problemas jurídicos y aportar soluciones.

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