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En la actualidad, los parlamentos afrontan nuevos desafíos en un contexto económico, político y social que va mutando a un ritmo vertiginoso y al que deben adaptarse inmediatamente. Todos estos cambios llevan a una mayor demanda ciudadana de una institución representativa diferente, de la que se desea obtener muchas cosas: más información y más capacidad de influencia en el trabajo parlamentario, una mayor rendición de cuentas y una mayor receptividad de las demandas ciudadanas, y más servicios y resultados para satisfacer necesidades concretas. Es decir, los parlamentos deben ser más abiertos y receptivos con los y las ciudadanas.
Pero ¿qué es la apertura de los parlamentos? ¿A qué nos estamos refiriendo en realidad? Lo cierto es que el concepto de parlamento abierto es un concepto que se actualiza permanentemente. Es el resultado de la combinación de un contexto sociopolítico, dentro de la sociedad de la información, pero con diferentes acepciones. Si tenemos que señalar una, podríamos decir que el parlamento abierto es aquel que comunica toda su actividad y toda su información de manera transparente, en formatos abiertos y entendibles por la ciudadanía, que abre espacios de participación y colaboración en forma de conversación permanente, a través de la escucha activa.
Podríamos decir, resumiendo, que el Parlamento debe ser un instrumento útil para la sociedad, para resolver las necesidades de la ciudadanía, tal como ya en 1920 planteaba Hans Kelsen en su ensayo ‘Esencia y valor de la democracia’.
Sobre todo esto se pretende reflexionar en este Curso de Verano, de la mano de los y las mejores expertas y estudiosas en la materia. El Parlamento no puede estancarse, debe encontrar los cauces para hacerse sentir necesario para todos y todas. Veremos de qué modos lo podemos conseguir.
Organizadores
Cursos de Verano - Universidad del País Vasco - UIK
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