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Ponente:  Ricardo Martínez Rico, Presidente Ejecutivo de Equipo Económico

Moderador:  Francisco Uria, Banking & Capital Markets Global Head. Socio responsable del sector financiero en España, KPMG-Abogados. Consejero Académico de Fide

Objetivos: Los países desarrollados han venido experimentando desde la primavera de 2021 una senda creciente de inflación registrando tasas no vistas desde la década de los 80. Esta es una de las consecuencias económicas más relevantes de los desequilibrios originados durante la crisis del Covid-19 y de las políticas económicas muy expansivas para hacerle frente; desequilibrios intensificados posteriormente por la guerra en Ucrania, y que se tradujeron inicialmente en el encarecimiento de los productos energéticos y del resto de materias primas. Como reacción los principales bancos centrales vienen aplicando recetas de política monetaria restrictiva, reforzando con claridad su compromiso para recuperar la estabilidad de los precios y evitar una espiral inflacionista.

En cuanto a España, si bien su grado de relación económica directo con Rusia es menor que el de otros países europeos, se encuentra en una posición de gran vulnerabilidad respecto de las consecuencias de la guerra en Ucrania, al depender más del exterior en lo que respecta al aprovisionamiento de energía y por no haber recuperado aún el nivel de PIB previo a la crisis anterior. Las fuertes presiones inflacionistas son la manifestación más visible de esta vulnerabilidad de la economía española.

En este escenario prevemos una fuerte desaceleración de la economía española en los últimos meses de este año y en 2023. El panorama más favorable de la primera parte de este año en relación con la pandemia de Covid-19 y el positivo papel que está jugando el sector turístico no podrán compensar el contexto internacional menos favorable y los desequilibrios internos generados; inflación, encarecimiento de precios energéticos, aumento de gastos financieros e incertidumbre, fundamentalmente.

En este contexto existe cada vez mayor consenso respecto a la urgencia manifiesta de evitar escenarios más severos de estanflación, donde convivan una caída de la producción y un fuerte crecimiento de los precios. Para ello, junto al muy relevante papel de la geopolítica con relación a los precios de la energía y a la actuación decidida de los bancos centrales, también es precisa la colaboración por parte de los Gobiernos a través de una mayor coherencia del conjunto de las políticas económicas para frenar el aumento de los precios. En este sentido, los PGE constituyen uno de los instrumentos más importantes de política económica que, partiendo de un diagnóstico adecuado, planteen las recetas económicas oportunas. Cabe, por tanto, plantearse en relación con los PGE 2023 las siguientes preguntas:– ¿Sobre qué escenario macroeconómico se asientan los PGE 2023? ¿Cuáles son las principales claves del cuadro macroeconómico previsto para los próximos trimestres?– ¿Qué consecuencias económicas se derivan del PGE para el conjunto de la economía española?– ¿Estamos ante un crecimiento transitorio del nivel de precios en 2022 o más duradero también durante el año próximo 2023? ¿Qué implicaciones tiene sobre la articulación de las políticas económicas, monetaria, fiscal y también de rentas?– ¿Cuál es el impacto económico del presupuesto y de los nuevos fondos europeos para la recuperación en los distintos sectores económicos?– ¿En qué condiciones puede resultar positivo en el corto plazo el incremento del gasto público? ¿Se trata de un gasto público coyuntural o estructural? ¿Cómo se puede financiar el aumento de gasto?– ¿Cuál debería ser la política fiscal en estos momentos?– ¿Por qué es necesario un plan de consolidación fiscal en el medio plazo?– ¿Qué puede ocurrir con las reglas fiscales?– ¿Qué pueden esperar las empresas en sus relaciones con las distintas administraciones?