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Como consecuencia del desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación, las distancias -en forma de inconvenientes- entre el trabajo presencial y el trabajo a distancia se han reducido considerablemente, de modo que cada día son más las empresas que se plantean hacer uso del teletrabajo ya no solo por las ventajas organizativas que supone; sino también por tratarse de un instrumento idóneo y efectivo para facilitar la consecución de una de las principales demandas de las organizaciones empresariales (conciliar la vida personal y profesional).

De acuerdo con datos estadísticos del año 2014 sólo el 22% de la empresas española apuestan por el teletrabajo, cuando nuestros socios europeos se sitúan en porcentajes del 35%. Este porcentaje inferior en el mercado empresarial español seguramente guarda relación con la prácticamente inexiste regulación interna de esta figura lo cual genera las correspondientes incertidumbres que dificultan “dar el paso”.

Por ello el objeto de la jornada será intentar esclarecer algunas de estas incertidumbres diferenciando lo que es “teletrabajo” de otras figuras de flexibilidad que no deben confundirse, abordando asimismo las principales cuestiones que el teletrabajo plantea ya no sólo desde el punto de vista de las condiciones sustantivas del teletrabajador (voluntariedad, reversión del teletrabajo al trabajo presencial, jornada de trabajo y su control por el empresario etc.), sino también -y sobre todo- en el marco de la prevención de los riesgos laborales.